BINOMIO FANTÁSTICO
La puerta del perro
En un lugar de Granada vivía un perro con su dueña, que se
llamaba Natalia.
Natalia era una muchacha que vivía sola desde hace ya varios
años, pero no se sentía sola ya que tenía la compañía de su perrito, llamado
Natillas.
Natillas era un perro muy juguetón y divertido, le encantaba
salir a pasear, perseguir a las palomas, y jugar con los niños y niñas. La
verdad, es que Natillas era su perrito feliz, pero Natalia estaba preocupada
por su perrito. Natillas no controlaba su pipi, y ya había manchado muchas
puertas:
-
¡Natillas, otra vez no! – Dijo Natalia.
-
¡Guau, guau, guau! – Contesto Natillas.
-
¡Natillas, esto tiene que terminar ya esta
actitud! - Replicó Natalia.
Así, que Natalia decidió que tenía que terminar esta actitud
de Natillas y ella misma se iba a encargar de ello. Intentó sacar más a menudo
y más tiempo a su perrito, pero Natillas aunque no lo hacía tana a menudo,
seguía haciéndose pipi en la puerta.
Natalia, ya desesperada, decidió hablar con una amiga que
había tenido ese mismo problema.
-
Elena, no sé ya que hacer con natillas, ya no es un cachorro y sigue
haciéndose pipí con frecuencia. ¿Qué hiciste tú con tu perrita Magdalena? –
Pregunto Natalia.
-
Aunque te resulte asombroso, desmarque la puerta
y la baje a mi jardín y poco a poco entendió que no podía hacerse pipi. –
Contesto Elena.
-
¡Increíble, lo probare! – Contesto Natalia.
Natalia hizo todo lo que dijo Elena. Bajo su puerta al
jardín y poco a poco Natillas comprendió que la puerta no era el lugar adecuado
para hacer pipi, sino el jardín.
Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
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